La vizcacha de montaña es un roedor originario de las montañas andinas de Sudamérica. Se parece a un conejo grande o a una chinchilla, tiene una cola larga y tupida, orejas grandes y un pelaje grueso y suave que le ayuda a aislarse del frío clima de montaña. Las vizcachas de montaña suelen pesar entre 1,5 y 3 kg y medir entre 30 y 45 cm de cuerpo, con una cola de 20 a 30 cm.
Las vizcachas de montaña tienen fuertes patas traseras y pies adaptados para saltar, lo que les permite sortear terrenos rocosos con facilidad. El color de su pelaje va del gris al marrón, lo que les permite camuflarse en los paisajes rocosos.
Hábitats y distribución
Las vizcachas de montaña (Lagidium viscacia) suelen encontrarse en las regiones andinas de Sudamérica, sobre todo en países como Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Habitan en entornos rocosos y áridos a altitudes que oscilan entre los 3.000 y los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Estos animales están bien adaptados a terrenos escarpados donde pueden esconderse en grietas y bajo las rocas, lo que les proporciona protección contra los depredadores y las duras condiciones climáticas. Sus hábitats preferidos son las laderas escarpadas de las montañas, los afloramientos rocosos y los acantilados, donde la vegetación es escasa pero incluye hierbas, musgos y líquenes que constituyen su dieta. El clima en estas regiones suele ser frío y seco, con importantes fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche. Este difícil entorno determina su comportamiento y sus adaptaciones físicas, que les permiten sobrevivir y prosperar a altitudes tan extremas.
Comportamiento y reproducción
Las vizcachas de montaña presentan un sistema de apareamiento principalmente monógamo, con parejas que suelen formar vínculos duraderos. El apareamiento suele producirse durante los meses de primavera y verano del hemisferio sur, de octubre a diciembre. Estos roedores tienen un periodo de gestación de unos 140 días, en el que suele nacer una cría bien desarrollada. Socialmente, se sabe que las vizcachas de montaña viven en colonias que pueden estar formadas por varios grupos familiares, lo que ayuda a la detección de depredadores y a la eficiencia en la búsqueda de alimento. Las colonias suelen estar estructuradas con letrinas comunales y zonas designadas para alimentarse y descansar. Una característica exclusiva de su estrategia reproductiva es el cuidado maternal prolongado, en el que las crías son atendidas en grietas rocosas seguras hasta que son lo suficientemente ágiles como para eludir a los depredadores, lo que garantiza una mayor tasa de supervivencia.
Dieta
Herbívoro; se alimenta principalmente de hierbas y otra vegetación.
Colores
Gris, marrón, blanco
Datos curiosos
Las vizcachas de montaña son muy sociables y viven en colonias de hasta varias docenas de individuos.
Son principalmente herbívoros y se alimentan de hierbas, musgos y líquenes de sus hábitats montañosos.
Son excelentes saltadores y utilizan sus fuertes patas traseras para saltar entre rocas y acantilados.
Las vizcachas son más activas por la mañana y a última hora de la tarde, evitando el calor del mediodía.
Estado y esfuerzos de conservación
La vizcacha de montaña (Lagidium viscacia) está clasificada actualmente como de Preocupación Menor por la UICN, lo que indica que no se considera en riesgo inmediato de extinción. Sin embargo, las tendencias de su población están disminuyendo debido a varias amenazas. Las principales amenazas para la vizcacha de montaña incluyen la degradación del hábitat causada por el pastoreo, las actividades mineras y la invasión humana. Además, a veces son cazadas por su piel y su carne, lo que puede afectar aún más a su número. Los esfuerzos de conservación de la vizcacha de montaña se centran en la protección del hábitat y en prácticas sostenibles de gestión de la tierra. Las zonas protegidas y los parques nacionales, como los de los Andes, donde residen predominantemente estos animales, ayudan a preservar hábitats cruciales. También hay iniciativas destinadas a promover el ecoturismo y educar a las comunidades locales sobre el valor ecológico de la vizcacha de montaña, fomentando así la coexistencia y reduciendo las presiones de la caza. La gestión eficaz de las prácticas de pastoreo para evitar el sobrepastoreo en su hábitat es otra medida clave que se está aplicando para garantizar la supervivencia de la especie a largo plazo.