Fotografia de Vida Silvestre en Colombia: Qué hacer y qué no hacer
Principios rectores de la fotografía respetuosa de la vida silvestre en Colombia
Navegar por la selva colombiana con respeto
Colombia, un país que oscila al ritmo de su vida salvaje, exige una forma de respeto que va más allá de decir "por favor" y "gracias". Cuando uno se adentra en la exuberante y vibrante naturaleza de Colombia, no es sólo un visitante; es un invitado. Y, como todo buen huésped sabe, hay que seguir las normas de la casa.
Lo primero y más importante, no te salgas de los senderos. Estos senderos no solo sirven para guiarte, sino también para proteger los frágiles ecosistemas por los que caminas. Desviarse de ellos puede dar lugar a una gran foto de Instagram, pero también puede suponer pisotear especies vegetales en peligro de extinción o alterar el hábitat de la fauna.
En segundo lugar, el silencio es oro. La cacofonía de la selva es una sinfonía que no necesita tu tono de llamada como pista de acompañamiento. Mantenga la voz baja y el teléfono en silencio. Así no sólo aumentan las posibilidades de observar la vida salvaje, sino que evitas convertirte en un perturbador involuntario de la paz.
Por último, no dejar rastro. Este mantra de ética al aire libre es primordial. Tus huellas pueden desvanecerse, pero ese envoltorio de plástico no. Si lo trajiste, sácalo. Lo único que debes dejar atrás es un susurro de tu presencia.
Capturar éticamente la biodiversidad de Colombia
Cuando se trata de fotografiar la vida salvaje, la línea que separa la captura de un momento de la de una criatura puede resultar difusa. Aquí te explicamos cómo mantenerte en el lado correcto de esa línea.
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La paciencia no es sólo una virtud, es una exigencia. Las mejores fotos son de los que esperan, no de los que persiguen. La fotografía de la naturaleza es un juego de espera. Si quieres hacer una foto de portada de National Geographic, prepárate para pasar horas, o incluso días, conociendo al sujeto a distancia.
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Los teleobjetivos son tus mejores amigos. No sólo te permiten captar detalles asombrosos desde lejos, sino que también garantizan que no estás invadiendo el espacio personal del sujeto. La regla es sencilla: si tu presencia hace que el animal cambie de comportamiento, estás demasiado cerca.
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¿Fotografías con flash? Di que no. La luz dura puede desorientar e incluso perjudicar a los animales, sobre todo a los nocturnos. Recurre a la luz natural en la medida de lo posible. Además, la luz natural capta el ambiente de la naturaleza mucho mejor que el resplandor artificial de un flash.
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Respetar las normas y reglamentos. Parece una obviedad, pero te sorprendería saber cuánta gente piensa que la señal de "No entrar" no se aplica a ellos. Alerta: sí se aplica. Estas normas están ahí para protegerte a ti y a la fauna. Ignorarlas puede acarrear multas o, peor aún, dañar a los animales que estás allí para admirar.
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Sólo edición ética. En la era de Photoshop, resulta tentador añadir un poco de estilo a tus fotos. Un retoque aquí, un filtro allá. Pero cuando se trata de fotografiar la vida salvaje, la autenticidad es la clave. Deje que la belleza natural de la vida silvestre de Colombia brille sin adornos digitales.
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Compartir con cuidado. En la emoción de capturar una especie rara en cámara, puede ser tentador difundirlo por todas las redes sociales. Sin embargo, hay que tener en cuenta las consecuencias. Compartir ubicaciones concretas puede provocar la invasión de visitantes, lo que puede alterar el hábitat. Sea impreciso con las ubicaciones o, mejor aún, destaque la belleza sin geoetiquetar.
En resumen, la fotografía de fauna salvaje en Colombia es un arte que requiere no sólo habilidad con la cámara, sino un profundo respeto por el mundo natural. Se trata de capturar momentos sin causar perturbaciones, de ser testigo de la belleza sin interferir. Así que, mantén los ojos bien abiertos, las pisadas ligeras y la cámara preparada, pero nunca a expensas de las maravillas salvajes que estás allí para admirar. Recuerda, en la naturaleza salvaje de Colombia, no eres sólo un fotógrafo; eres un guardián del momento.