
El reyezuelo de Madeira (Regulus madeirensis) es un ave paseriforme diminuta y vibrante endémica de la isla de Madeira (Portugal). Mide unos 9 cm de longitud y pesa alrededor de 5-7 gramos. Esta pequeña ave se caracteriza por su comportamiento activo y su constante movimiento mientras revolotea entre el denso follaje de su hábitat forestal. El reyezuelo listado de Madeira tiene un plumaje característico con las partes superiores verde oliva, las partes inferiores blanquecinas a grises y una corona brillante de color naranja en los machos y amarillo en las hembras. También presenta un llamativo patrón facial con un supercilium blanco y una franja ocular negra. Sus alas son oscuras con dos prominentes barras alares blancas. El reyezuelo de Madeira es conocido por su canto fuerte y agudo, que se oye a menudo resonando en los bosques de laurisilva de Madeira. Esta ave desempeña un papel crucial en el ecosistema, ya que controla las poblaciones de insectos y contribuye a la polinización de diversas plantas.
Hábitats y distribución
El reyezuelo listado habita principalmente en los bosques de laurisilva de Madeira, un archipiélago del Atlántico Norte. Estos bosques densos y húmedos ofrecen un entorno rico en invertebrados, que constituyen la mayor parte de su dieta. La especie también se encuentra en otros hábitats boscosos de la isla, como bosques mixtos y plantaciones de árboles exóticos, lo que demuestra su adaptabilidad a entornos ligeramente alterados. Geográficamente, el reyezuelo de Madeira es endémico de Madeira, lo que significa que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Aunque el ave prefiere los bosques de laurisilva autóctonos, también puede observarse en zonas ajardinadas y parques cercanos a viviendas humanas, lo que demuestra su capacidad para prosperar en diversos paisajes boscosos dentro de su limitada área de distribución.
Comportamiento y reproducción
El reyezuelo de Madeira tiene hábitos de apareamiento monógamos, formando parejas durante la época de cría, que generalmente va de abril a junio. Los machos realizan elaboradas exhibiciones, como cantar y esponjar las plumas de la corona, para atraer a su pareja. Ambos miembros de la pareja participan en la construcción del nido, a menudo eligiendo follaje denso o coníferas para construir un pequeño nido en forma de copa. Socialmente, los reyezuelos de Madeira son conocidos por mantener comportamientos muy territoriales durante la época de cría. Una vez emparejados, defienden su territorio agresivamente contra los intrusos. Suelen poner entre 7 y 12 huevos por nidada, siendo las hembras las únicas responsables de la incubación, que dura entre 14 y 16 días. Tras la eclosión, ambos progenitores comparten la tarea de alimentar a los pollos hasta que salen del cascarón, normalmente entre 14 y 18 días después de la eclosión. Una característica exclusiva de su estrategia reproductiva es su capacidad para criar varias nidadas en una misma temporada, lo que maximiza su éxito reproductor.
Dieta
El reyezuelo de Madeira se alimenta principalmente de pequeños insectos, arañas y otros invertebrados. Busca activamente entre las hojas y las ramas, utilizando su aguda vista para localizar a sus presas.
Colores
Oliva, amarillo, blanco, negro, verde, naranja
Datos curiosos
Especie endémica: El reyezuelo de Madeira se encuentra exclusivamente en la isla de Madeira, lo que lo convierte en un representante único de la avifauna de la isla.
Diminuto pero vocal: A pesar de su pequeño tamaño, este pájaro tiene un canto fuerte y distintivo que puede oírse en todo su hábitat forestal.
Enérgico buscador de comida: El reyezuelo de Madeira está en constante movimiento, buscando insectos y arañas entre el follaje.
Estado y esfuerzos de conservación
El reyezuelo de Madeira (Regulus madeirensis) está clasificado actualmente como de Preocupación Menor por la UICN, debido a su tendencia poblacional relativamente estable. Aunque tiene un área de distribución limitada, al ser endémica del archipiélago de Madeira, el ave no se enfrenta a amenazas generalizadas inmediatas. Las principales amenazas para el reyezuelo de Madeira incluyen la alteración del hábitat por especies de plantas invasoras y la depredación por mamíferos introducidos como ratas y gatos. Los esfuerzos de conservación del reyezuelo de Madeira se centran en la conservación y restauración del hábitat. Se toman medidas activas para controlar y erradicar las especies invasoras, protegiendo así la flora autóctona que constituye el hábitat del ave. Además, hay programas destinados a vigilar las tendencias de la población de la especie para garantizar que cualquier amenaza potencial sea identificada y gestionada con prontitud. La concienciación de las comunidades locales sobre la importancia de preservar esta especie autóctona también desempeña un papel fundamental en su conservación.