Jacobino de cuello blanco

Florisuga mellivora

El jacobino cuelliblanco (Florisuga mellivora) es un colibrí bastante grande y espectacular de las tierras bajas tropicales húmedas que prefiere los bordes de los bosques, los claros adyacentes con árboles dispersos y arbustos en flor, y los jardines. Se alimenta a todos los niveles, a menudo en el dosel, revoloteando con la cola ladeada y abriéndola ocasionalmente para mostrar un extenso blanco.

Hábitats y distribución

El jacobino cuelliblanco habita principalmente en los bosques húmedos de tierras bajas, bosques secundarios y bordes de bosques, favoreciendo lugares con abundantes plantas con flores que proporcionan abundante néctar. Esta especie suele encontrarse en elevaciones de hasta 1.200 metros, pero es más frecuente verla en zonas por debajo de los 900 metros. Además de los bosques primarios, puede adaptarse a hábitats más alterados, como jardines y plantaciones, siempre que disponga de fuentes de alimento. Geográficamente, el área de distribución del jacobino cuelliblanco se extiende desde el sur de México, pasando por Centroamérica, hasta el norte de Sudamérica, llegando tan al sur como el oeste de Brasil y el este de Perú. Predomina sobre todo en las regiones tropicales húmedas y es frecuente verlo en países como Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. Su amplia área de distribución y su capacidad para prosperar en diversas condiciones ambientales le permiten mantener cifras de población estables en toda su distribución.

Comportamiento y reproducción

Los jacobinos cuelliblancos exhiben un comportamiento de cortejo durante la época de cría, en el que los machos se congregan en zonas específicas para realizar elaboradas exhibiciones y competir por la atención de las hembras. Estas exhibiciones suelen incluir rápidas maniobras de vuelo, vocalizaciones y la exhibición de su vibrante plumaje. Las hembras visitan estos leks para elegir pareja basándose en las actuaciones de los machos, favoreciendo a los que realizan las exhibiciones más impresionantes. Una vez que se produce el apareamiento, la hembra asume la responsabilidad exclusiva de la construcción del nido, la incubación y la crianza de los pollos. Construye un nido en forma de copa, normalmente en una rama horizontal baja o en un arbusto, utilizando fibras vegetales y seda de araña para reforzarlo y camuflarlo. Tras poner uno o dos huevos, la hembra los incuba durante unos 17-19 días hasta que eclosionan. Los pollos emplumecen aproximadamente 20-26 días después de la eclosión, durante los cuales la hembra sigue alimentándolos y cuidándolos diligentemente.

Dieta

Néctar y pequeños insectos

Colores

El macho tiene el capirote azul oscuro, las partes superiores verdes con el cuello blanco (a menudo difícil de ver), las partes inferiores blancas y la cola mayoritariamente blanca. Algunas hembras tienen un aspecto similar al de los machos, mientras que otras tienen un aspecto muy diferente, con manchas oscuras por debajo y una cola mayoritariamente verde con las puntas blancas.

Datos curiosos

Son conocidos por su vuelo rápido y ágil, revolotean cerca de las flores y se alimentan de néctar. Son territoriales y defienden sus territorios de alimentación frente a otros colibríes. Estos colibríes emiten un zumbido agudo que suele oírse durante las exhibiciones de cortejo.

Estado y esfuerzos de conservación

El jacobino cuelliblanco figura actualmente en la categoría de "Preocupación Menor" de la Lista Roja de la UICN debido a su extensa área de distribución y a su población presumiblemente numerosa. Las tendencias de la población parecen estables, sin que se observen descensos significativos. Sin embargo, amenazas localizadas como la destrucción del hábitat debido a la deforestación y la conversión de tierras para la agricultura podrían afectar a ciertas poblaciones. A pesar de estas amenazas, la adaptabilidad de la especie a diversos hábitats, incluidos bosques secundarios y jardines, contribuye a su resistencia. Los esfuerzos de conservación del jacobino cuelliblanco se centran principalmente en la conservación del hábitat, sobre todo en los bosques tropicales y subtropicales. Las zonas protegidas y los parques nacionales de su área de distribución desempeñan un papel crucial en la salvaguarda de hábitats adecuados. Además, las iniciativas comunitarias de conservación y las prácticas sostenibles de uso de la tierra promueven la conservación de las zonas boscosas, lo que beneficia indirectamente a esta especie. Es esencial seguir investigando y vigilando para garantizar que las amenazas potenciales no se agraven y para mantener las actuales tendencias estables de la población.

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